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Revista de Psicología GEPU ISSN 2145-6569 / www. revistadepsicologiagepu. es. tl / gepu@univalle. edu. co Sobre el Espejo… El Yo Desgajad036 Adriana Savio Corvino 37 solnegrol @adinet. com. uy Referencia Recomendada: Corvino-Savio, A (2010). Sobre el espejo… el yo desgajado. Revista de psicología GEPU, 1 (3), 121 – 128. Resumen: En este artículo se podrá entrar en la circunstancia de vida de «Sybil», personaje protagónico de la película que lleva su nombre.
Es la historia verdadera de una paciente que desplegó múltiples personalidades a la vez. Se analizará la estructura psíquica y el desdoble en variadas ersonalidades y cuán sano o no, podría ser en un caso hipotético de hallarse ante este tipo de paciente, el encausarlo en una terapia o abstenerse de hacerlo. Palabras Clave: RSI, Estadio del Espejo, Synthome, Significante y Significado, El Nombre del Padre, Forclusión. 6 Recibido: 25 de Abril de 2009 / Aceptado con Recomendaciones: 9 de Octubre de 2009 / Aprobado: 2 de Junio de 2010. 37 mas complejas y atractivas de su existencia. Con la innovación de diversas tecnologías se agudizó cada vez más la transferencia de emociones y sensaciones del paciente psiquiátrico epresentado; variaciones que buscan acercar al espectador a esa realidad patológica, desde el «balcón» donde nos encontremos. En el film «Sybil» (1976) se nos relata la verdadera historia de Sybil Dorsett, paciente de la Dr.
Cornelia Wilbur – psicoterapeuta especializada en «histéricas»- Ella padece de un trastorno disociativo de identidad (TID), patología que en la época no era seriamente considerada ni reconocida como psiquiátrica. En un principio se la derivará bajo el rótulo de Trastorno de Bricket (útero disconforme). Evidentemente los elementos histriónicos, su calidad de mujer soltera joven, y los ataques enqosos con pérdida de conciencia condujeron a pensar en la hipótesis diagnóstica de crisis conversiva con derivaciones somatomorfas.
Pero no olvidemos que según Miller (2006), Lacan aludía a que: verdad, fundado en el discurso analitico, sólo existe el tipo clínico llamado «histeria», y que los otros tipos clínicos que conocemos vienen de psiquiatría… » (Pag. 125). Hay, sin embargo, una entidad clínica que, históricamente, se alojó en el campo de la histeria pero por fuera discurso analítico: la perso le. 10 La personalidad para Laca también lo que permitirá complejos de la personalidad» (Pág. ). El síntoma en cuestión reposará menos sobre una base orgánica.
Sybil es derivada a otra mujer, elemento no menor que posteriormente y en función de la traumática novela familiar que despertará, será nodal para recuperar de ella lo que se pueda. Con dicho planteo estamos adelantando que es muy probable que mucho de la capacidad re-componedora en Sybil haya podido ser gracias a la imagen de 122 ISSN 2145-6569 / ‘www. revistadepsicologiagepu. es. tl / otra-Mujer que desde ese Imago le devolvió a la paciente «algo» o fragmentos de una parte femenina de su ser. ¿Cuál era el problema de esta muchacha? ??Cuál era su angustia? ¿Cómo abordarla desde su synthome? Tal como las mamushkas rusas, se desmontaban de su interior personalidades desconocidas por la Sybil «real» – real en el sentido de lo «Real» lacaniano Todo su ser redundaba sobre diversos rostros que miraban diversos mundos que respondían a diversos contextos que constituían en totalidad, el universo interno/externo de una sola joven. ¿Distintas actitudes ante distintas necesidades acordes a distintas circunstancias? 0 ¿Diversas defensas ante di dades cotidianas? sicótico o de un delirio armado del cual la paciente entra pero puede también salir? Desgraciadamente, a pesar de la presencia de elementos extravagantes histéricos del delirio, la paciente no interactúa con el delirio; no llega ni siquiera a tener cierto dominio primitivo sobre él; sino que entra y sale de sus diversas personalidades por medio de fuertes black outs, ausentismos y angustias de no saber qué e sucedió. Sybil delinea su «dentro» desde un plano conformado en «entramado de locura» (Bafico, Giorgi, Ojeda & Gonzales, 2005).
No hay capacidad de andar su delirio en ningún sentido, se halla completamente embebida en él, llegando al punto de fusionarse con el mismo, ser parte y sencia; ser esos otros y borrar su yo, renunciar a él para vivir a estas otras mamushkas. En este punto puede ser muy interesante que el espectador pueda jugar con el lenguaje fílmico el cual hace entrar al público en un laberinto de «yoes» fragmentados y encontrados en un sin fin de callejones sin salida. 123 vol. No. III, 2010, pp. 01 – 131.
Todas las «Sybils», conocen sienten y vivencian por separado; pero fragmentan y una nada sa 4 10 A través de intervenciones e no creemos que resultando un desmontado de 1 6 personalidades extras. Todas hablaban de las demás como integrantes de un mismo núcleo familiar, odas conocían de las demás elementos del carácter y del comportamiento, pero Sybil no recordaba a ninguna de ellas. Esto nos conduce al punto extremo de que al día de su muerte, se hallaron más de 100 obras de arte realizadas por la misma persona, pero correspondientes a delineados, pulsos, tonos musculares, imaginaciones creativas, y edades.
Aquí se hace presente el tema de la certeza; la libido presente en personalidades diversas de Sybil tiene la certeza de ser quien dice ser y actuar acorde a ello — hasta el punto más delicado y constitutivo cerebralmente como puede ser el pulso al dibujar. Su libido se ragmenta y vibra según el personaje que se refleja a nivel conciente con la certeza de vivir esa vida y no otra. ¿Cómo desarrolla Sybil una personalidad disociativa?
A lo largo del tratamiento, Sybil logrará, transformada en unos de sus personajes mas pequeños — en edad mental – revivenciar uno de las instancias más traumáticas de su vida; la violación a la que fue sometida por su madre con una aguja de tejer. Comprendemos cómo a partir de un episodio tan bizarro, in- expresable con palabras -significados/significantes – la paciente comienza a hilvanar diversas personalidades que son débiles y primitivos mecanismos efensivos en busca de au ansitar ese entramado s ap 10 confuso V centren en una mera traducción de mecanismos defensivos que cada vez fragmentan mas al yo y disocian mas al apaciente.
Más allá de que el abuso sexual (fisico o psicológico) infantil y el estrés insoportable que genera, mantenga concordancia semiológica con el 124 ISSN 2145-6569 / vmw. revistadepsicologiagepu. es. tl / cuadro de Tid -elemento que todos podemos comprobarlo en los tratados psiquiátricos – lo que buscamos abordar es la entraña más dinámica de este cuadro. Creo que desde Lacan una lectura más critica al respecto es osible…
Las psicosis se hallan en relación directa con el yo ideal, – que es esencia lo más primitivo, las identificaciones primarias – no hay desapego madre-hijo, hay fusión en un solo cuerpo. Cuando tenemos una paciente que sufrió daños de abuso sexual de su madre la cual de más está decir se presenta en todo sentido de la palabra como un otro significantemente completo (en demasía si se quiere) nos topamos con lo psicótico. … la madre puede ocupar el lugar del gran otro para ese hijo. En la medida que algo le falta, la madre puede crear un ámbito en el cual el niño podrá habitar.
Si ese gran otro e no hay lugar para el niño, 6 0 como espejo; es en el momento en que el otro designa a través de su presencia la imagen del niño, como propia de ser amada y considerada como tal. «… el cuerpo del niño funcionará como equivalente del falo imaginario, ocupa ese lugar y se homologa al objeto de deseo madre». Según Lacan (1997): «… el yo es ante todo, una entidad corporal. No solo una entidad en superficie, sino una entidad que corresponde proyección de una superficie» (Pág. 32). Ese cuerpo vivido desde un Imago, es el yo del sujeto, es su identificación primaria.
Para que ntonces le guste a su madre, «basta y es suficiente con ser el falo» (Lacan, 1999), debe investirse en esa función y estructurarse desde ese lugar. Pero Sybil no es nunca ella el significante, nunca existirá la estructuración que emana de llevar a cabo esa función, pues su madre se inviste de ello al no faltarle nada. De ahí que el deseo del falo no pueda apuntalarse. A ello se suma el pasaje al acto incestuoso en lo real propiamente dicho y todas sus derivaciones perversas y psicopáticas. ¿Qué construye la paciente función del significante a la cual someten?
El gran otro de Sybil nunca xistió, pues nunca fue carente, nunca necesito de ella para serlo. Se 125 Revista de Psicología GEP ideal, sumamente primitivo, frágil y ultra vulnerable, que engulle – queriendo forcluir – en su interior toda información externa, intentando delinear a ese otro que nunca existió en sus psiquis. «El entramado de las psicosis tiene que ver con una falta esencial, específicamente, con la Forclusión de un significante primordial, el regulador del universo fálico: El nombre del Padre. (Bafico, Giorgi, Ojeda & González, 2005). ¿Quién es el padre de Sybil? Un sujeto negado en su función de padre, en odo el sentido de la palabra; al decir de Lacan aplastado por la «pata del elefante» (Lacan, 1997); o sea inutilizado para toda su vida, deshecho por la sombra materna que todo lo es, que todo lo puede, que todo lo penetra. De ahí que hablemos de un hombre que no imparta la Ley que no invista esa función y por ende nunca le dé ni le dará, significado al sujeto. ombre del padre está anulado, forcluido; nunca existió ni existirá en el registro simbólico por lo que no retorna en este plano sino directamente en lo real, por ejemplo a través de vivencias alucinatorias. Resultado de la ecuación: Sybil perdida en sus identidades desgajadas» buscando a través de ellas la presencia interna de un mínimo vestigio de un Otro. Multiplicación de personal bladas sobre 8 0 desdoblamientos del tratamiento Sybil desdobla de su yo al único personaje varón que según lo que él comenta es «el hijo que mi padre siempre deseó».
Ahora ella se conforma como otro todo completo, homogéneo e impenetrable en su superficie que nada necesita de un otro real – léase de la seducción histérica, por ejemplo. 126 ISSN 2145-6569 / uww. revistadepsicologiagepu. es. tl / Con Mike, Sybil rompe relación para siempre con un joven que buscó comprenderla y ser su pareja. Al terapeuta solo le queda lograr que el significante fluya a través discurso; el tema será realmente comprobar qué tipo de base de personalidad tenemos. Si tendiente a lo histérico o a lo esquizoide.
Con referencia a tal punto hay grandes discrepancias; hay planteos como el de la psiquiatría norteamericana que aluden a la necesidad de que el terapeuta ocupe el lugar de «relator» de un espectador, y que busque interactuar con las diversas personalidades. Creemos pertinente exponer el «peligro» que corre un terapeuta al abordar un caso similar al planteado. Éste se centrará en que: trabajando emasiado desde el plano imaginario, siendo la base principalmente esquizoide, podemos caer en la potencializacion de las personalidades y entonces comenzar con u tres personalidades para realidad psíquica.
Posicionarnos sobre el cuarto nudo, que uniría, a manera de sustitución el plano: real, simbólico e imaginario. Entonces devuelta nos queda el terapeuta, como un gran otro, » sobre el cual se descarga su síntoma -pensando al delirio en ese registro- haciendo del Otro un sustituto de sus síntomas» (Bafico, 2006). Para todos entonces: «Uno es Todo» (Lacan, 1984)38 en todos los sentidos de la palabra. REFERENCIAS Bafico, J. (2006). El extraño caso de la mujer diablo. Editorial Fin de Siglo.
Bafico, Cabral & González (2007). Introducción a la teoría lacaniana. Montevideo: Psicolibros. 38 Lacan, Jacques. «La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud» en Escritos, Siglo XXI Editores, México, 1984, p. 484 127 vol. NO. III, 2010, pp. 01 – 131. Bafico, Giorgi, Ojeda & González. (2005). El entramado de la locura. Lacan, J. (1984). La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud. En: Escritos. México: Siglo XXI. No. 3 Formación Histórica – (1997). Las psico 10 10