CUADERNOS_DE_PAZ_vol1_No_1 revista universidad libre seccional cali
REVISTA CUADERNOS DE PAZ CUADERNOSDEPAZ Enero – Abril 2014 ISSN:2382-3321 P. P. 108 Cali, Colombia Revista Cuadernos d @ Universidad Libre @ Varios Autores OF119 p Ira. Edición, 500 ejemplares cali, colombia – 2014 ISSN: 2382-3321 Directivas Nacionales Víctor Hernando Alvarado Ardila Presidente Nacional Nicolás Enrique Zuleta Hincapié Rector Nacional Fotografías: Luis Alfonso Mena S. Arturo Belalcázar. María Fernanda Jaramillo G.
Universidad Libre K0MaHAa I ecwposawe Adam «3 O KHO Cnpa3Ka 333 2742 Distribuye Universidad Libre Seccional Cali Departamento de Publicaciones Diagonal 37A NO. 3 – 29 Tel: 524 0007 Ext. 4315 – 4316 La responsabilidad de los textos contenidos en esta publicación es exclusiva de(l) (os) autores). Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio fotográfico o digital, incluyendo las lecturas universitarias, sin previa autorización de el(los) autores). Editorial… . 7 El derecho a la paz. or Alberto Ramos Garbiras. 13 os diálogos de La Habana y el posconflicto. Por Juan Carlos 27 c o La tensión entre paz y justicia en el posconflicto colombiano. por James Fernández Cardozo.. 35 DF 119 Acción V un nuevo lenguai n Colombia. OKHO Cnpa3Ka . 71 Reflexiones sobre los posibles acuerdos en el tema del narcotráfico en los diálogos de La Habana. Por Angélica Acosta, Alejandro Ausecha, Fernando Bravo y Carlos Urresta………… . 79 Construyendo paz desde la memoria histórica y el perdón.
Por Integrantes Semillero Jorge Eliecer Gaitán – JEGA………. 85 Deificación de la guerra e información ideologizada en Colombia. por Luis Alfonso Mena 97 ristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes hombres si no mueren de amores. Miguel Hernández EDITORIAL El siglo XIX perforó al pars a través de nnumerables guerras civiles, unas de envergadura nacional y otras, las más, de sign’ficación e impacto regional.
Por alguna razón similar, el gran GABO tituló su obra cumbre «CIEN AÑOS DE nuestra interpretación, un siglo de incomunicación que tuvimos los colombianos por efecto de la polaridad, la intransigencia, la convicción dogmática y la 3 DF 119 El siglo XX nos inauguró c pérez. La revitalización política y electoral de Gaitán fue cercenada el 9 de abril de 1948, resultando de ello una riposta inmediata, producto de la ira popular y conocida como «el Bogotazo», si nos atenemos al título el libro de Arturo Alape, crónica testimonial de semejante tragedia.
Dicho día marca de manera arbitraria, como todas las fechas notorias de la histona, el comienzo de una época calificada como La Violencia, que dejó sobre la estela nacional, según los criterios y los conteos, entre 350. 000 y medio millón de muertos, periodo del cual se escuchan ecos notorios. El golpe de palacio que el 13 de junio de 1953 ejecutó el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla trajo un temporal alivio, prolongado luego por el Frente Nacional, pacto político bipartidista, especie de ley de punto final y uevo modelo de gobernabilidad política.
Los pactantes establecieron dieciséis años de alternación presidencial y distribuyeron casi que milimétricamente entre las dos grandes formaciones históricas de la política criolla, el Congreso, Asambleas, cierto nexo con la génesis de la nueva versión de la guerra, surgiendo más de 12 organizaciones guerrilleras empezando por el MOEC, el movimiento guerrillero del Vichada comandado por el Médico Tulio Bayer, hasta las actuales FARC y ELN.
El decurso de esa insurgencia pasó por fases desde la leyenda hasta la tragedia, y derivó en a barbarización del conflicto, exteriorizada en la degradación del secuestro, la desaparición forzada, la implantación de minas antipersona, el desplazamiento forzado, afectando a la población civil no combatiente, con un registro de 180. 000 vidas civiles cegadas de las 220. 000 desalojadas, según el informe del grupo de Memoria Histórica, establecido por la Administración Santos.
Luego de varios intentos para poner fin al violento encono, recuérdese los intentos en LA URIBE, Tlaxcala, Cravo Norte y San Vicente del Caguán, para apenas mencionar algunos, todos fallidos, el país se presta con razonada esperanza a finiquitar un acuerdo en La Habana para finalizar la guerra, e iniciar con similar propósito otro con el ELN, posiblemente en un pais suramencano.
Con semejante 5 DF 119 posconflicto o posguerra, compleja y verdadera prueba para acometer la construcción de la paz, y reconstruir el tejido social conviviente roto por la violencia y edificar el país al que tenemos derecho los que con tanto anhelo pugnamos por sentarnos tranquilos en el banquete mundial de la civilización.
En la etapa por venir, la Universidad servirá como referente, orientadora de muchos procesos, sobre todo los ducativos, culturales y sanitarios, reserva ética de la nación y proveedora de los nuevos funcionarios a demandar por el Estado, generadora de novísimos liderazgos e intérprete y aun transformadora de realidades hasta ahora asidas al pasado.
Bajo esta premisa, la Universidad Libre, con su histórica responsabilidad social y con la adecuada orientación de sus autoridades nacionales, asume el compromiso que su rol le exige, y explaya políticas y acciones en pedagogía y didáctica para la paz, con la convocatoria de especialistas y actores de la misma y como sujeto colectivo multiplicador de la senda onsensual por la que tendremos que transitar los colombianos.
Con este entramado, la Universidad Libre, presenta los Cuadernillos para La Paz, en el entendido de apropiadamente entusia reflexionen sobre ellos, sométanlos a juiciosa y sana crítica y d’fundan su conocimiento; de esta manera nuestra casa de estudios superiores alcanzará el cometido superior de su Fundador Benjamín Herrera, al señalar que: «la nuestra es un hogar abierto a todas las corrientes del magisterio civilizador y, por ende, cultora de la diferencia, respetosa del disenso y constructora de la paz’.
Doctor Nicolás Enrique Zuleta Hincapié – Rector Nacional, Imagen de la marcha cumplida dentro de la Jornada Nacional por la paz, a su paso por la Avenida Carrera Séptima de Bogotá, el 9 de abril de 2013. (Foto: Luis Alfonso Mena S. ). Hay que lograr la paz para que funcione el derecho, con una justicia de transición 15 El Derecho a la paz EL DERECHO A LA PAZ La presentación en Oslo, el 18 de octubre de 2012, sembró inquietudes sobre el objetivo de las Farc-EP al acudir al diálogo como solución del conflicto.
Los tropiezos de otros procesos son un precedente claro. En toda negociación se presenta un pugilato con las Ideas, el uso del enguaje por la búsqueda de los objetivos s temas transables. Los conflictos DF 119 cesar el fuego, los enfrentamientos a lo largo del proceso de paz lo pueden averiar. Este proceso de los años 2012-2014 puede aprovechar todo lo rentable de los anteriores (Betancourt, Barco y Pastrana), y adicionar los elementos previsibles para darle viabilidad. La justicia transicional es esencialmente una solución política, un contrato histórico de reconciliación nacional, no un asunto puramente judicial». Por Alberto Ramos Garbiras (*) a Universidad Libre Seccional Cali, realizó dos foros sobre el roceso de paz durante el último trimestre del año 2013.
El rector de esta Seccional, doctor Libardo Orejuela Díaz, consideró que era necesario fortalecer la Red Universitaria por la Paz, con tendencia a replicarse en varias universidades, para redactar documentos, llevar a cabo debates, discusiones académicas, pronunciamientos públicos a través de los medios de comunicación, análisis que motiven ensayos, art[culos de prensa, tesis de grado, monograffas para evaluar con otras universidades e instituciones públicas la importancia y necesidad de lograr la paz, para disuadir a los grupos guerreristas que tizan el conflicto, para cal 8 DF 119 ánimos V facilitar el clima penas que resulten de la justicia transicional, y 2) los reparos de la ONU 16 provenientes de los tratados suscritos por Colombia frente a la Corte Penal Internacional, más el tejido de compromisos mundiales sobre derechos humanos suscritos.
El viaje del presidente Santos a la sede de la ONU en la última semana de septiembre de 2013 tuvo como objetivo una misión compleja, pues tratar de solicitar comprensión para desplegar soberan[a jurídica interna haciéndole el esguince a compromisos internacionales no es nada fácil, porque os compromisos adquiridos con los tratados internacionales suscritos se deben cumplir. Que la ONU comprenda y haga un gesto de admisión frente a las particularidades del conflicto colombiano extendido, complejo y atípico que requiere una excepcionalidad en la clase de justicia transicional aplicable, fue una misión compleja por el rigorismo de la materia.
De surtir buen efecto este proceso de paz veremos la aplicación de una nueva justicia, la transicional, por una razón: se realizará una negociación política. No habrá triunfo de guerra de una parte sobre la otra, sino pacto y transacción. DF 119 que de allí suria requiere dictadura. La justicia transicional es necesaria para comenzar a construir la etapa del posconflicto. Esta clase de justicia rebaja las penas a los que se desarman, pero se rige por unos parámetros que conducen a la reparación, la verdad y la restauración. Es un duelo tortuoso el de las víctimas y sus familiares, pero es la única forma salir del conflicto. Esa justicia no va a durar siempre, es de transición y por ello la suma de disposiciones que resultan también conforman un derecho de excepción.
EL DERECHO Y LA PAZ Existe un derecho para las épocas de ormalidad, un derecho aplicable para la guerra y un derecho para abrirle el camino a la paz. La guerra es la antítesis de la paz. Lo explicó Norberto Bobbio de manera magistral en su libro El problema de la guerra y las vías de la paz. Muchos no quieren y han cuestionado que el Gobierno Santos inicie o intente un proceso de paz. La guerra es un negocio para algunos, y una desgracia para la mayoría. Destacable el trabajo del Senado para lograr Jalonar un marco legal a través de un acto legislativo (reforma constitucional). Es un marco para facili- El Derecho a la Paz tar la justicia transicional, en un país que de maner