HISTORIOGRAFÍA COLOMBIANA
HISTORIOGRAFÍA COLOMBIANA En el primer artículo encontramos que nunca ha habido un debate en nuestro país respecto a la ciencia, tal vez algunos tomen ciertas ideas de otros lados para discutirlas pero no existe un análisis como se quisiera. En nuestro país la historia comenzó a ser estudiada propiamente alrededor de los años sesenta, en universidades y sacada también de revistas académicas, en esa época se tenía más sentido de la investigación y se le daba mucha más importancia a nuestra historia.
Existió un tiempo un debate entre los «nuevos historiadores» (que eran los de la universidad) los empíricos (ajenos a la universidad), ya que ten[an posiciones distintas respecto al tema y al involucrarse en la política. Con el tiempo se puede ver como se fue erdiendo el interés la historia como la enseñaban a escriben cada vez pa n ellos mismos.
OF8 wipe next pase e los historiadores ño conformado por abarcar un periodo más largo, escribe la historia desde el proceso de descubrimiento y conquista pues para él era necesario conocer los inicios en la formación de nación y posterior república A partir del siglo XIX surgen dos corrientes historiográficas la iberal y la conservadora.
En la segunda mitad de este siglo, la óptica de la corriente liberal se basa en la crítica al colonialismo para sentar las bases del progreso burgués, uno de los principales historiadores liberales de esta época fue José María Samper; la critica de este historiador va dirigida al clero y su excesiva intervención en los asuntos del estado, estos frenan la gestión de los proyectos presentes, siendo la iglesia una piedra en el zapato.
Por otro, lado la historiografía conservadora se basa en el rescate de lo tradicional, en ese sentido la iglesia y el estado tienen una ran influencia en los asuntos nacionales, pues la iglesia tiene la batuta de las buenas costumbres, otorgando una visión positiva de la tradición colonial.
José Manuel Groot (1800-1878) plantea esto en su libro «historia eclesiástica y civil de nueva granada» Otras actividades historiográficas del siglo XIX fueron las biografías, relatos de costumbres, relatos de viajes y crónicas, destacándose en este último, Estanislao Gómez Barrientos, Ignacio Gutiérrez Ponce, Pedro Maria Ibáñez, Carlos Cuervo Márquez, Miguel Triana, Eduardo Posada, Luis Cuervo Márquez, José Joaquín Guerra, Jesús María Henao, Ernesto Restrepo Tirado, Gerardo Arrubla y Gustavo Arboleda; de este grupo surge la academia Colombiana de historia para 1902.
Al formar Gustavo Arboleda; de este grupo surge la academia Colombiana de historia para 1902. Al formarse este grupo de historiadores, hay un notable predominio de las corrientes positivistas, socioeconómicas y político-ideológicas del país. La exportación cafetera y la industrialización pasan a tener más relevancia y a exigir un compromiso a nivel político, limando asperezas en este escenario, los cuales desembocaban en una guerra civil, aciéndose necesario fortalecer la nacionalidad.
En esa medida la historiografía va dirigida hacia el afianzamiento de los valores; esto implica un recorrido del pasado, el rastreo de los valores, y los héroes o personajes que intervinieron en las hazañas con el objetivo de crear un ideal patriótico. Uno de los historiadores de ésta corriente académica romántico-patriótica fue Gerardo Arrubla con su obra Historia de Colombia (1910). Contrario a esta corriente, surge un grupo de historiadores a la cabeza de Eduardo Posada (primer presidente de la Academia Colombiana de Historia) Pedro Maria Ibáñez, Ernesto Restrepo
Tirado, Gustavo Arboleda, Carlos Cuervo Márquez, y otros; los cuales plantean una historia imparcial objetiva a la luz de los documentos y archivos propios de las épocas, como material investigativo; se hace evidente una corriente empirista positivista en ésta generación de historiadores. Es indudable el notable aporte de la Academia de historia en el ámbito regional y local, incluye textos como: Biblioteca de historia nacional, Biblioteca de historia eclesiástica, Biblioteca complementaria, Biblioteca Eduardo Santos, Historia extensa de 3 historia eclesiástica, Biblioteca complementaria, Biblioteca
Eduardo Santos, Historia extensa de Colombia y biografías sintéticas; entre otros de publicación periódicas. A la historia económica en los años treinta se suma la óptica popular de los lideres de masas, asi como el ámbito intelectual se fue llenando de las corrientes marxistas, sociológicas, económicas propias del pensamiento social permiten que haya cierta heterogeneidad en la escritura de la época, dependiendo de la influencia ideológica del autor.
Uno de los primeros historiadores Luis Eduardo Nieto Arteta, con su libro Economía y cultura en la historia de Colombia, donde se hace evidente la influencia arxista e (1938-1942), también con influjo de José Manuel Groot Asuntos constitucionales, económicos y fiscales (1909) y otros autores.
Se destaca la renovada interpretación liberal en la que se exalta el intervencionismo de parte del aparato estatal, teniendo en cuenta la oligarquía y el pueblo, además exalta el liberalismo social propuesto por Rafael Núñez, el movimiento comunero, entre otros; exaltando el carácter popular de los movimientos y gobernantes liberales, se destaca Indalecio Liévano Aguirre con Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia(1964).
Por el lado de la corriente conservadora, se continúa haciendo referencia a la misión histórica de España y esta herencia como eje de nuestra tradición colombiana, hace una critica alrededor del período radical y exalta la Regeneración y la República conservadora; presentando así una historiografía tradicional y académica, uno de la República conservadora; presentando asi una historiografía tradicional y académica, uno de los representantes de esta tendencia es Arturo Abella: El florero de Llorente (1960).
Al lado de las tendencias bipartidistas aparece una temática lrededor de la historiografía de corte Indigenista en parte subvalorada, se abre entonces un eje investigativo sobre el proceso de conquista y la organización colonial teniendo en cuenta el aporte del pueble indígena a la formación de la nacionalidad, se destaca Juan Friede con su libro El Indio en la lucha por la tierra (1944). En los años sesenta existe una diversidad de enfoques y lo historiadores hacen investigaciones de carácter cuantitativo y cualitativo, es decir que se le empieza a dar una rigurosidad a la historia y perteneciente a una serie de fenómenos complejos.
En esa medida los sucesos se reconstruyen partiendo de información seriada. Asi mismo, se configura plenamente la historia social, económica, demográfica y por ende la historia política. El contacto de la «Nueva Historia» con otras ciencias humanas y el desarrollo de la investigación en el pars por la influencia extranjera permiten abrir nuevos campos de investigación, estos estudios se publican en el Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura bajo la dirección de Jaime Jaramillo Uribe. Posteriormente se abre la temática de la violencia con un libro de Orlando Fals Borda, Germán Guzmán y
Eduardo Umaña Luna La violencia en Colombia (1963), teniendo como antecedente también de Fals Borda Campesinos de los Andes (1955) y El hombre y la tierra en Boyac 5 antecedente también de Fals Borda Campesinos de los Andes (1955) y El hombre y la tierra en Boyacá (1957). Sobre el subdesarrollo se encuentran los trabajos de Mario Arrubla publicados en la revista Estrategia (1963). Otros libros importantes son: La familia en Colombia, de Virginia Gutiérrez de Pineda; Petróleo, oligarquía e imperio (1 968), de Jorge Villegas; y la síntesis histórica Colombia, país formal y país real (1964).
De Diego Montaña Cuellar. A finales de los años sesenta y comienzos de los setenta hay un auge historiográfico con el apoyo de la universidades la época de la colonia es materia de investigación y se hace una investigación alrededor de los resguardos, así como el estado colonial y la trata de negros. Para finalizar se hace evidente el gran avance con respecto a la investigación histórica en el campo económico, demográfico, social y político; sin embargo, hay muchos baches alrededor de la historiografía y mucho por recorrer desde la perspectiva investigativa.
Teniendo en cuenta este recorrido histórico, al compararlo con l análisis que hace Jorge Orlando Melo, se hace evidente que la historiografia se ha concebido a través de la investigación científica desde la década de los 50, sobre todo en la denominada «Nueva historia» la diferencia que hay con los historiadores previo a esta época, que tienen un interés ideológico y de interese propios de partidos o de carácter moral, muy diferente al de los académicos. Esta posturas disimiles hacen complejo un análisis puntual de la historiografía en Colombia.
En la primera mitad del siglo XX La historiogr análisis puntual de la historiografía en Colombia. En la primera mitad del siglo XX La historiografía tiene una influencia moralista, de recoger las figuras más importantes de los periodos de la colonia, la conquista e independencia, más relacionado con el mundo épico y con los intereses políticos, el modo de difusión de estos textos son promedio de revistas, prensa y manuales de estudio los cuales cumplían su función formadora.
La critica se limitaba a alguna anécdota alrededor de un caudillo o pugna partidista. Para Melo uno de los mejores intentos con Arteta fue el autor Luis Ospina Vásquez quien pone en el ojo del huracán el recimiento industrial del país, de una gran solidez investigativa, publicado en la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, éstas publicaciones influenciaron a los académicos de la Universidad Nacional y de la Normal Superior de la época reformulando el cambio de la disciplina.
En la historiografía moderna, después de cerrar la Normal Superior, en la Universidad Nacional hay una marcada influencia de académicos extranjeros, en especial europeos con formación en Sociología e Historia social lo que va a desencadenar la creación del Anuario Colombiano De Historia Social Y De La Cultura.
La academia empieza a formar historiadores que van tener una fuerte influencia extranjera además de abrirse el espectro académico para estudiar en otros países con el fin de Publicar y reformar nuestra historio grafía influenciada fuertemente por los partidos políticos y el empirismo al servicio de la versión oficial, en ultimas poca investigación alrededor de I el empirismo al servicio de la versión oficial, en últimas poca investigación alrededor de los sucesos nacionales.
Cabe anotar que los académicos que se formaron en el extranjero empiezan a publicar en revista como la «Eco» y «Mito». A finales de la década del sesenta y comienzos de los setenta e empieza a dar una corriente más académica e investigativa alrededor de la historia. Orlando Fals Borda va a hacer algunas publicaciones influenciados por los estudios en El Instituto Etnológico Nacional.
Gracias a la agitación nacional en los setenta se va a escribir una historia influenciada por el Marxismo, apropiada para la coyuntura de las universidades públicas que sufren una gran agitacion en ésta época, en ese sentido la producción histórica va dirigida a la acción política. La historia va a tener una influencia de tipo social e institucional En los ochenta va a haber un cambio sustancial y la historia va a ener un carácter netamente investigativo eso si con una marcada influencia marxista, aunque esto no servía de nada si los textos escolares seguían con los esquemas de la historio grafía de los 30 Y 50.
Para la década de los noventa hay una gran producción de historiadores jóvenes que van a centrarse en tema de la economía ya que brindaba luces alrededor de los procesos sociales y político y por supuesto del económico. Además se observa la teoría de la representación en las masas o imaginarios en las costumbres y el imaginario nacional es de carácter ontológico. 8