Hojarasca Citas
PREGUNTA CUATRO HIJO Perplejo. Temeroso. Sentía incertidumbre por lo ocurrido. Era prácticamente ajeno a la catástrofe. 1. No sé por qué me han traído. Nunca había entrado en esta casa y hasta creí que estaba deshabitada. 2. Desde entonces, por mucho que me esfuerce por no mirarlo, siento como si alguien me sujetara la cara hacia ese lado. 3. La respiración se me vuelve difícil, deseo salir de aquí; OF3 p MADRE. Ansiosa. Angustiada. Avergonzada. Estrem orme. Frustrada. de cometer un acto de redención por merced de su padre a un hombre que todo
Macondo despreciaba y ansiaba verlo morir. 1. A mí misma, que voy a cumplir treinta años, me perjudica este ambiente enrarecido por la presencia del cadáver. Podríamos salir ahora. 2. Me intranquiliza la idea de que salgamos a la calle, dentro de un momento, siguiendo un ataúd; que a nadie inspirará un sentimiento distinto le la complacencia. Imagino la expresión de las mujeres en las ventanas, viendo pasar a mi paire, viéndome pasar con el niño detrás de una caja mortuoria en cuyo interior se va pudriendo A única persona a quien el pueblo había querido ver o tuviera uso de razón. . Ahora nosotros privaremos a Macondo de un placer largamente deseado. 6. No me sorprendería que cuando salgamos con el cadáver la multitud esté aguardándonos a la puerta con los excrementos acumulados durante la noche y nos den un baño de inmundicias por interferir la voluntad del pueblo. 7. Yo recordaba al doctor en nuestra casa. Recordaba su bigote negro y retorcido y su manera de mirar a las mujeres con sus lascivos y codiciosos ojos de perro.
Pero recuerdo que nunca me acerqué a él quizá porque lo miraba como al animal extraño que e sentaba a la mesa después de que todos se levantaban y que se alimentaba con la misma hierba que alimenta a los burros. 8. , y en la calle, nosotros, los tres renegados, a pleno sol de este septiembre sediento. 9. todavía estaba allí, encerrado como un animal. Porque no sólo era eso: un animal, sino algo más: un animal herbívoro, un rumiante como cualquier buey de yunta. 10. Cada vez que lo recuerdo pienso que su venida fue un castigo de Dios.
Pienso que toda esa hierba que le dimos durante ocho años, todos esos cuidados, toda esa solicitud, fueron una prueba e Dios para darnos una lección de prudencia y desconfianza del mundo. PADRE/ABUELO Unica persona que sentía simpatía por el doctor (a pesar de que le extrañaban sus mañas). 2 1. Ahora empiezo a creer q aldrá mi compromiso pueblo 2. Obligué a mi hija Isabel a que me acompañara. Así el acto se convierte en algo más familiar, más humano, menos personalista y desafiante que si yo mismo hubiera arrastrado el cadáver por las calles del pueblo hasta el cementerio.
Si he traído a Isabel no ha sido por cobardía, sino por caridad. 3. Sólo cuando lo vi estrechar la mano de Adelaida con una sacudida torpe, caí en cuenta de la vulgaridad y la ordinariez de su comporta miento. 4. Su presencia desarreglada resaltaba como una mancha de sopa en el mantel. 5.. Ese día —después de cinco años de vivir en la misma casa, de comer en la misma mesa—, cai en la cuenta de que ni siquiera conocíamos su nombre. 6. Pero en aquel instante no tuve la menor duda de que había empezado a quererlo entrañablemente.
Crei descubrir en mi interior esa misteriosa fuerza que desde el primer momento me ndujo a protegerlo y sentí en carne viva el dolor de su cuartito sofocante y oscuro. Lo vi sombr[o y derrotado, apabullado por las circunstancias. Y súbitamente, a una nueva mirada de sus duros y penetrantes ojos amarillos, tuve la certeza de que el secreto de su laberíntica soledad me había sido revelado por la tensa pulsación de la noche. 7. Es más digno de lástima por esto que por todo lo demás. 8. Viéndolo en la hamaca, yo pensaba: Ahora no parece un hombre. Ahora parece un cadáver al que todavía, no se le han muerto los ojos. 3