La estructura del obrar humano voluntario
La Estructura del Obrar Humano Voluntario Sobre el tema de la libertad del hombre, se ha discutido mucho durante siglos, de estas discusiones han nacido varias teorías o posiciones. Existen posiciones determinísticas como la de Baruch Spinoza quien manifestó que el sentimiento de libertad no es más que una ilusión, para él, el comportamiento del hombre estaba determinado por aspectos externos, como por ejemplo la influencia social, nadie puede ser castigado o recompensado por su actuar. B. F. Skinner, padre del conductismo radical, expuso el mismo criterio unos trescientos años después.
Otros pensadores expusieron que el hombre tiene su mejor elección y su libertad Swipe to page en dejar que otros d PACE 1 ora el hombre es libre ún m Locke, planteó una te ía diie voluntad es libre es p pregunta adecuada e entes expresan que mente libre. John ‘Ijo e cuestionar si la cada la cuestión. La es. Desde este punto de vista indicó que somos libres cuando somos capaces de hacer lo que queremos aunque no seamos consientes de nuestros deseos. Lo que importa es la libertad de acción y no la libertad de la voluntad.
Tan sólo deseamos lo que realmente queremos, y todos queremos la felicidad. Mientras que seamos felices por conseguir lo deseado nos sentiremos libres, sin embargo la razón controla el deseo deseo, ya que nuestra felicidad esta determinada por nuestro destino en el Cielo o en el Infierno. Santo Tomás abordó la cuestión del obrar humano en una forma más integral, viendo al hombre y su actuar no sólo como un ser pensante y racional sino también, como una criatura natural, movido por impulsos o motivaciones naturales de carácter biológico que hacen posible su sobrevivencia y la de la especie.
Los actos movidos por la razón, de forma voluntaria son actos umanos, mientras que los actos movidos por impulsos naturales o inconscientes son actos del hombre. Visto lo anterior, podríamos pensar que el obrar humano en la vida cotidiana podría clasificarse entre actos del hombre y actos humanos, sin embargo esto no es cierto, ambas formas de actuar se entremezclan. Si hacemos referencia a Freud, él indicaba que los instintos que yacen en el inconsciente se enfrentaban a las estructuras morales de nuestra personalidad, haciéndonos actuar de acuerdo a estas normas.
Con esto vemos que el deseo del hombre surge involuntariamente y la voluntad del hombre decide ibremente si lo satisface o no, y en caso afirmativo, donde y cuando. por ejemplo podemos tener deseo de comer, el cual es involuntario, sin embargo, yo decido libremente si como o no (ayuno) y de hacerlo, puedo elegir donde y cuando comeré. El actuar humano se puede entonces estructurar en tres niveles. El primero es la elección y los motivos, este es motivado por un impulso involuntario o de impulso involuntario o de Índole moral y es lo que deseamos, en este nivel la voluntad «diseña» lo que debemos hacer para satisfacer ese querer.
El segundo es el esfuerzo y los oderes, este es de carácter voluntario y se refiere al esfuerzo que se requiere para llevar a cabo el deseo. El último es el consentimiento y la necesidad, aquí, valoramos los aspectos externos que se nos impondrán para llevar a cabo el proyecto de satisfacción del deseo o del yo quiero. Retomando el ejemplo anterior, quiero comer, significa tres cosas. Debo comer para mantener mi cuerpo con energ[a, deberé invertir esfuerzo para lograrlo, caminando al lugar donde comeré, y por último debo aceptar las reglas soclales que la actlvidad comer requieren.
El libre albedrío no es una facultad distinta de la voluntad, es un atributo de ella, es el poder que tiene la voluntad de determinar si actuar o no. Ahora bien, todo acto humano va estrechamente ligado a la moral, esta es la que dicta las leyes del actuar. Si se actúa en base a estas leyes decimos que se actuó bien de lo contrario decimos que se actuó mal, por lo tanto, la voluntad y su libre albedrío pueden llevar al humano a actuar bien o mal, es por eso que Dios nos dice que somos llbres de obrar de acuerdo a sus leyes y optar por la salvación eterna u obrar mal y condenarnos. 31_1f3