La violencia como fenómeno social y su despliegue en la institución educativa

marzo 10, 2019 Desactivado Por admin

formas de experienci «Posmodernidad». Foucault señaló q cómo se produce, at La violencia como fenómeno social y su despliegue en la institución educativa Sy danyttt AeKa6pq 03, 2010 | 8 pages LA VIOLENCIA COMO FENOMENO SOCIAL Y SU DESP IEGUE EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA 1 – TRANSFORMACIÓN INSTITUCIONAL: EL DEVENIR HISTÓRICO SOCIAL » .. Que renuncie quién no pueda unir su horizonte a la subjetividad de su época… (Lacan, 1980) Historiadores, filósofos, sociólogos y pensadores de diferentes ámbitos que rescatan, escriben e inscriben la subjetividad de nuestra época reflexionaron arduamente sobre las nuevas o View nut*ge acterizan la org e intentáremos ver nstitución de un sujeto que no está dado definitivamente, que no es aquello a partir del cual la verdad se da en la historia, sino de un sujeto que se constituyó en el intenor mismo de ésta, y que, a cada instante es fundado y vuelto a fundar por ella» (1995, p. 6) ¿Qué pasó en la Modernidad que hoy hablamos de un «después de» la Modernidad? ¿qué perdimos, qué ganamos, qué transformamos? Para responder a estas preguntas vamos a enlazar el devenir socio-histórico de la Modernidad a un emergente de la época: el oncepto de infancia. Es Ariés, p. quien marca el momento de descubrimiento historigráfico de la infancia como obieto. Los significantes aue determinan por un lado, lo que se espera del niño, y por el otro, la actitud social hacia ellos.

Josefa M. R. Martinez publicó en el periódico La Voz de la Mujer, que apareció entre 1896 y 1897, el poema titulado «Educación, Amor y Miseria» que retomamos para intentar explicar la mirada hacia el niño en la Modernidad y los diferentes discursos que fueron agotando esta mirada. -Señora ¿por qué cruel, De tal modo castigáis A ese niño inocente? ¿Qué os importa? ilmpertinente! ¿Sois acaso padre de él? -Su padre no soy mas digo No lo debéis maltratar. ¿No le he de castigar Siendo tan mal educado? -De él la culpa no es. Es de quien mal le educó. -iTorpe sois! ¿No comprendéis Que no he podido, iay de mí! Darle mejor educación. La educación se sitúa principalmente en la esfera privada de la familia, donde el padre y la madre son los primeros responsables en responder y regular esta demanda social. El Estado Benefactor o Paternalista le toca la función de control y protección de sus ciudadanos.

Popper es uno de los edicados al análisis de las funciones del Estado, él sostuvo que es deber del Estado proteger a sus ciudadanos con instituciones legales y sociales de «los sufrimientos de la fuerza bruta», particularmente, «del abuso de la fuerza economica» y que para esto hemos de crear «instituciones sociales que protejan a los economicamente débiles de los abusos de los fuertes, es decir, instituciones para preservarlos de la explotación, pues la fuerza política puede controlar la fuerza económica» (Popper, 1995: p. 7). Una de estas instituciones es la Escuela Pública, institución lave para la diferenciación niño – adulto (el niño como «el hombre del porvenir»), encargada de impartir los conocimientos, la educación, con lo cual la esfera privada de la familia se va abriendo. Otro movimiento que provoca esta apertura es, como se manifiesta en la poesía, el rechazo a la hostilidad hacia el niño, donde se pesquisa lo que tres décadas más adelante será legitimado como los Derechos del Niño.

En consecuencia de diversos movimientos sociales, a partir de la segunda mitad del siglo XX ha venido desplegándose, en distintos países del mundo, uno de los procesos de ransformación de mayor di 31_1f8 transformación de mayor dimensión acerca del papel que corresponde asumir al Estado. Al punto que hoy se habla de Estado Técnico — administrativo, es decir, al servicio del mercado. ¿Cuáles son los discursos que hoy nombran la infancia? La infancia es una construcción histórica que, como toda significación social, sostiene la ilusión de ahistoricidad e inmutabilidad que anula las preguntas sobre sus transformaciones.

Sin embargo, la realidad da cuenta de nuevas formas de experiencias y la consecuente imposibilidad de darles un orden en el imaglnano social[l]. A partir de la conformación de un campo de saberes ligado con el desarrollo de distintas disciplinas, la producción de nuevos especialistas y la definición de perfiles técnico-profesionales, el niño fue dotado de nuevos significados. Pero esto también está dado, como ya se expuso, por fenómenos como la sanción de los Derechos del Niño, los cambios familiares resultantes de innovaciones técnicas y culturales y los nuevos movimientos sociales y pollticos.

Tuvo importante influencia en estos cambios la introducción de un nuevo discurso: el discurso mediático. El mismo determina n acceso indiferenciado al consumo. Ya no se trata de niño vs. adulto, se trata de consumidor vs. no consumidor. En este discurso el niño, además de perder su inocencia, al encajar en el ideal mediático de juventud el niño ya «es», con lo que cae la infancia, ya que ella tiene sentido cuando mediático de juventud el niño ya «es», con lo que cae la infancia, ya que ella tiene sentido cuando la vida del hombre representa un devenir reglado hasta etapas más complejas.

En el ámbito laboral también se borran las diferencias simbólicas porque el niño trabaja, con lo que queda abolida la dea de fragilidad de la infancia. Si optamos por adherirnos sin criterio a los discursos posmodernos que nos dibujan una realidad donde el mandato es consumir hasta consumirnos, donde los otros representan una amenaza por nuestro lugar y la estrategia de sobrevivencia es negar todo tipo de limites, Incluso los impuestos por la condición humana, entonces podremos empezar a experimentar los condicionantes, productos de los problemas que hoy nos urgen como sociedad. – EL LUGAR DE LA ESCUELA HOY Vamos a remitirnos a la obra de Duschatzky y Corea (2002) para quienes pensar la situación de la escuela hoy, es pensarla entro del marco de lo que recibe el nombre de «declive de las instituciones en tiempos de fragmentación», es pensar qué estatuto tiene la escuela en la subjetividad de los chicos. A lo largo de nuestro desarrollo vimos que lo instituido por la familia burguesa y la escuela estatal hoy está en crisis.

Se habla de lo que los chicos ya no son y ese no ser revela un ser que fue instituido en otro tiempo, un ser histórico, lo que sugiere la pregunta ¿Qué es lo que ha dejado de operar para que ya no sean… respetuosos, estudiosos, obedientes, dlsciplinados? Las condiciones ue ya no sean… respetuosos, estudiosos, obedientes, disciplinados? Las condiciones institucionales que hicieron posible tales tipos subjetivos de ser hoy han perdido su eficacia.

Hay entre los docentes y la sociedad en general una resistencia y una actitud de abroquelarse en representaciones que han perdido la capacidad de nombrar las condiciones actuales de enunciación, por lo que no podemos nombrar qué es ser un estudiante y qué es ser un docente hoy. En esta resistencia esta la insistencia de seguir sosteniendo un alumno que ya no existe y entonces, cuando estamos frente a lguien que contradice esas expectativas se genera wolencia.

Y la respuesta frente a esta violencia se centran en la búsqueda de responsables: adultos incapaces de asumir un rol jerárquico frente a los chicos, padres desorientados en su tarea, docentes desautorizados o inseguros, instituciones desorganizadas o en crisis, entre otros, y a la hora de pensar soluciones para las escuelas se polarizan las opiniones proponiendo, por un lado, marcar límites más firmes que le devuelvan autoridad al docente, y por el otro, más flexibilidad en cuanto al régimen disciplinario, ya que la conducta de los alumnos s el reflejo de fallas en el sistema educativo y de una sociedad violenta, con lo que el problema se reduce a una cuestión en particular: el manejo de la autoridad (Cecilia Tosi, 2008). Sin adentrarnos en discusiones sobre dónde recae la responsabilidad, podemos resumir nuestro criterio citando a Eduardo discusiones sobre dónde recae la responsabilidad, podemos resumir nuestro criterio citando a Eduardo Galeano en una reflexión que nos resuena: «En la lucha del Bien contra el Mal, siempre es el pueblo quien pone los Y desde este lugar se plantea el interrogante que encamina nuestra estrategia: ?Cómo evitar que estas nuevas realidades hagan devenir el deseo asfixiado bajo una imagen effmera? ¿Cómo evitar la muerte subjetiva? Como dice Canguilhem en Yospe (1999, p. ) «lo característico de la salud es la posibilidad de superar la norma que define lo momentáneamente normal, la posibilidad de tolerar infracciones a la norma habltual e instltuir norma nuevas en sltuaciones nuevas (… )» Es una apuesta al acto creativo que posibilite un sentido al sin- sentido. Para cerrar proponemos volver a la reflexión de la cual partimos: que renuncie quién no pueda unir su horizonte a la ubjetividad de su época para leerla desde lo que decía Jean-Paul Sartre, llamare cobarde a quien haga de los condicionamientos de su época, determinaciones. Lic. En Psicología Daniela Martini Referencias Libros • Foucault, M. 1995, La verdad y las formas jurídicas, Barcelona, Gidisa. • Lacan, Jaques, 1980 «F o de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis» e , México, Siglo XXI. Madrid, Paidós. • Duschatzky, S. y Corea, C. 999 ¿Se acabó la Infancia? Ensayo sobre la destitución de la niñez, Buenos Aires, Lumen-Humanitas. • Duschatzky, S. y Corea, C. 2002 Chicos en banda. Los caminos e la Subjetividad en el declive de las instituciones. Buenos Aires, Paidós. Artículos • Carli, Sandra «La infancia como verdad. Una explicación del pslcoanálisis de niños en la Argentina». En proyecto de investigación Estudios sobre la infancia en la historia de la educación A gentina. 1955-1976 (CONICET, PEI N021) • Tosi, María Cecilia Educación Argentina: crisis de autoridad y desafíos. BOLETÍN PALABRA; colega profesional de psicólogos de Salta, Octubre, 2008. 1] Un ejemplo de esto en Argentina es la reciente polémica sobre la sentencia de los Jueces de la Corte Suprema, quienes evocaron el fallo de la Cámara Nacional de Casación Penal que ordenaba la libertad progresiva de todos los menores de 16 años detenidos o internados en institutos de esta capital por estar implicados en causas penales. Además requirieron al Poder Legislativo que adecúe las normas sobre la materia a los tratados internacionales sobre los derechos de los menores, y al poder ejecutivo nacional y de la Ciudad de Buenos Aires. [2]Eduardo Galeano El teatro del Bien y del Mal 09/25/2001 En: http://www. sololiteratura. com/gal/galeanoteatrodel. htm Recuperado: 05/12/08 81_1f8