Las brujas de Salem edición Tusquets

junio 28, 2018 Desactivado Por admin

PERSONAJES (Por orden de aparici6n en escena) El reverendo Parris Betty Parris Tituba Abigail Williams Susanna Walcott La senara Ann Putna 68 Swipetoviewn ‘t p Thomas Putnam Mercy Lewis Mao,’ Warren John Proctor Rebecca Nurse Giles Corey El reverendo John Hale Elizabeth Proctor Francis Nurse K0MaHAa I ecwposawe OKHO Cnpa3Ka pese a sus incansables esfuerzos por congraciarse con Dios y sus convecinos. En las reuniones con sus feligreses consideraba un insulto que alguien se levantara para cerrar la puerta sin ha berle pedido permiso.

Era un viudo a quien no interesaban los iiios y que carecía de dotes para tratarlos. Los veia como j6 venes adultos y, basta el momento de producirse la extrafia crisis que aqui se relata, ni a el, ni al resto de Salem, se le 15 1,1 ocurri6 nunca que los niiios echaran de menos otra libertad que la de permitirles andar erguidos, aunque con los ojos li geramente bajos, los brazos pegados a ambos lados del cuerpo y la boca cerrada mientras no se les invitara a hablar.

La casa del reverendo Parris se alzaba en 10 que entonces llamaban «ciudad» y que hoy en dia apenas alcanzaria la ca tegoria de pueblo. La iglesia estaba cerca, y desde ahi hasta as afueras -tanto en direcci6n a la bahia como tierra aden tro- unas cuantas casas oscuras de ventanas pequeiias se ha cinaban para combatir el crudo inviemo de Massachusetts. La fundaci6n de Salem apen a cuarenta aDos antes 2 DF 168 de los sucesos que aqui s el mundo europeo modos, tampoco se les hubiera per mitido leer novelas de haberlas tenido a su alcance.

Sus creen cias les prohibian cualquier cosa que se asemejara a una fun ci6n teatral 0 a una «Vana diversi6n». No celebraban las Navidades, y los dias festivos s610 se distinguian por una ma yor entrega a la oraci6n. Lo que no quiere decir que esta manera de vivir tan es tricta y sombria careciera de interrupciones. Cuando se cons truia una nueva granja, los amigos se reunian para celebrarlo, se preparaban algunos platos especiales y probablemente se bebia sidra con cierto contenido alcoh61ico.

Salem contaba con una buena colecci6n de inutiles que perdian el tiempo jugando al tejo en la tabema de Bridget Bishop. Probablemente la du reza del trabajo, mas que la fe, contribuia a evitar que se re lajara la moral, porque los habitantes de Salem estaban obli gados a luchar como heroes con la tierra por cada grana de rigo, y a nadie le sobraba mucho tiempo para frivolidades.

La existencia de transgresores, sin embargo, puede inferirse de la costumbre de nombrar una patrulla, integrada por dos 16 notables, cuyo cometido era «pasear durante el tiempo dedi cado al culto divino para informarse de quienes se quedan en los alrededores del templo, sin asistir a la predicaci6n de la pa labra Y a las ceremonias, y de quienes permanecen en sus ca sas y en los campos sin dar una explicaci6n convincente de sus motivos, Y anotar los nombres de tales personas para entre garselos a los magistrados, a fin de que estos puedan, en con ecuencia, proceder contr 3 DF 168 para entre secuencia, proceder contra ellos».

Este gusto por meter las na rices en los asuntos de los demas era una costumbre muy arraigada entre los habitantes de Salem y, sin duda, provoco muchas de las sospechas que habrian de alimentar la locura ya cercana. Era tambien, en mi opinion, una de las cosas contra las que sin duda se rebelaban las personas como John Proctor, porque casi habia pasado ya la epoca del pueblo concebido como campamento en armas, y, dada la razonable seguridad de la regi6n, aunque todavia se produjeran excepciones, los anti uos castigos empezaban a provocar rencor.

Pero, como su cede can todas estas cuestiones, la situaci6n no era inequi voca, porque el peligro seguía existiendo, y la mejor promesa de seguridad seguia siendo permanecer unidos. El limite de las tierras salvajes no estaba lejos. El conti nente americana se extendia interminablemente hacia el oeste, todavia lleno de misterio para los habitantes de Salem. Oscu ro y amenazador, 10 miraban con ojQS vigilantes de noche y de dia, porque de el surgian de cuando en cuando merodeadores de las tribus indias, y el reverendo Parris tenia feligreses que abfan perdido parientes a manos de aquellos paganos.

La estrechez de miras y la intolerancia de los habitantes de Salem fueron parcialmente responsables de su fracaso en la cristianizaci6n de los indios. Tambien, probablemente, les re sultaba menos engorroso quitarles la tierra a unos paganos que a otros cristianos como ellos. En cualquier 4 DF 168 menos engorroso quitarles la tierra a unos paganos que a otros cristianos como ellos. En cualquier caso, fueron muy pocos los indios que se convirtieron y la gente de Salem es taba convencida de que los bosques incultos eran el refugio del emonio, su punto de apoyo y su ultimo basti6n de resisten cia.

Hasta donde a ellos se les alcanzaba, el bosque americana 17 era el unico lugar de la Tierra donde no se rendia culto

De manera quegaron a bordo del Mayflower. Se habian producido enormes ahora ellos y su Iglesia consideraban necesario oponerse a 1-cambios y, en su momento, una revolucion habia destituido al libertad de cualquier otra secta, a fin de que su Nueva Jeru- gobiemo momirquico, sustituyendolo por la junta que osten salen no se viera mancillada y corrompida por costumbres no. taba el poder en aquel momento. La epoca en la que vivieron civas e ideas engafiosas. ebio de parecerles confu ante y, para la gente DF 168 Creian, por decirlo en poc e sostenian concorriente, mana firme la luz que acabaria por iluminar al mundo. Noso. rece hora la nuestra. No es dificil entender que muchos lle tros, los estadounidenses de hoy, hemos heredado esa creen. garan a creer que la confusion de la epoca tenia su origen cia, que nos ha ayudado y nos ha perjudicado al rnismcfuerzas oscuras muy profundas.

No hay indicacion alguna de tiempo. A ellos les ayudo porque les doto de disciplina. En la existencia de tales reflexiones en las actas del tribunal, pero terminos generales, eran un pueblo austero y devoto y tenian el desorden social produce en cualquier epoca ese tipo de sos que serlo para soportar la vida que hablan escogido – a la uepechas mas O menos misticas, y cuando, como en Salem, se habian tenido que incorporarse en razon de su nacimiento. escubren cosas asombrosas bajo las meras apariencias, no La prueba del valor que para ellos ternan sus creencias cabe esperar que la gente resista mucho tiempo sin atacar a las quipa se encuentre analizando las caracteristicas diametral. victimas con todo el impetu de sus frustraciones. mente opuestas, del primer Jamestown, asentami—nto situado La tragedia de Salem, que esta a punto de comenzar en es mas hacia el sur, en la provincia de Virginia. Los ingleses que tas ag. inas, se origino a partir de una paradoja. Se trata de una se instalaron alii llegaban sobre todo con animo de lucro.

SeparadoJa que, aunque todawa atenaza nuestras Vidas, sigue Sin proponian sacar provecho de la riqueza de aquel nuevo pais yte—er visos de resolverse. La paradoja es, simplemente, la la riqueza de aquel nuevo pais yte-er visos de resolverse. La paradoja es, simplemente, la si regresar, adinerados, a Inglaterra. Eran un grupo de individua. gUIente: con buenos fines, incluso con fines altruistas, los ha listas, personas mucho mas atractivas que los colonos de Mas- itantes de Salem crearon una teocracia, una asociacion del sachusetts.

Pero Virginia los destrozo. Aunque Massachusetts po? er estatal y el religioso cuya funcion consistfa en mantener tambien trato de acabar con los puritanos, estos resistieron u—lda a la comunidad y evitar cualquier tipo de resquebraja uniendose; crearon una sociedad comunal que en un princi- -ento que pudiera facilitar su destruccion a manos de ene p—o, era poco que un campamento en —as con un go- mtgos mat—riales 0 ide,ologicos. Esa teocracia se fraguo para un blemo autoc-attco muy devoto.

Se trataba, sin embargo, de fi. n necesano y -Ic-zo la meta propue-ta. Pero toda organiza una autocracla por consentimiento, puesto que la sociedad es- cion se funda, mevltablemente, en la Idea de exclusion y de taba unida a todos los niveles por una ideologfa comun cuya prohibicion, por la misma razon que dos objetos no pueden perpetuacion era la razon y justificacion de todas sus penali- ocupar el mismo lugar en el —spacio. Evidentemente, lleg6 un dades.

De manera que su espiritu de sacrificio su determina- momento en el que la represlon en pro del orden establecido ion, su desconfianza ante cualquier tipo de fri—olidad su jus- resulto mas onerosa de 1 0 que parecian requerir los peligros ticia DF 168 cualquier tipo de fri-olidad su jus- resulto mas onerosa de 10 que parecian requerir los peligros ticia implacable, constituian, en conjunto, un inst:Umento contra los cuales se habia organizado esa represion.

La caza de 18 19 brujas fue una manifestacion extrema del panico que se apo dero de todas las clases sociales cuando la balanza empezo a inclinarse en favor de una mayor libertad personal. Si nos elevamos por encima de la vileza individual des legada en aquella crisis, no nos queda otro remedio que compadecer a sus protagonistas, como, sin duda, algun dia al guien se compadecera de nosotros. Al ser humano aun le re suita imposible organizar su vida social sin recurrir a la repre Sion, y todavia debe encontrarse el equilibrio entre orden y libertad.

La caza de brujas no fue, sin embargo, una simple repre Sion. Supuso tambien una oportunidad, largo tiempo apla pada y de similar importancia que la represion, para que to dos los que 10 deseasen confesaran publicamente, con el pretexto de acusar a las victimas, su culpabilidad y sus peca os. De repente resulto posible -e incluso patriotico y santo- que un varon contara como Martha Carey habia entrado de noche en su dormitorio, mientras su esposa dormia a su lado, procediendo a tumbarse sobre su pecho «hasta casi asfi xiarlo».

Por supuesto se trataba solo del espiritu de Martha Carey, pero la satisfaccion del transgresor al confesario no era menor que si se hubiera tratado de la Martha de came y hueso, ya que, de ordinario, no se podia hablar de tales co sas en publ 8 DF 168 Martha de came y sas en publico. Odios de muchos afios contra vecinos se manifestaron biertamente, y se disfruto del placer de la venganza, pese a las caritativas recomendaciones de la Biblia.

La codicia de la tie rra, manifestada por las constantes disputas acerca de lindes y por la impugnacion de escrituras de propiedad, pudo elevarse ahora a la esfera de la moralidad; fue posible acusar de bruje ria al vecino y sentirse perfectamente justificado por afiadidura. Se ajustaron viejas cuentas pendientes elevlindolas al plano del combate celestial entre Lucifer y el Sumo Hacedor; las sospe chas y la envidia que el desgraciado sentia por el que era feliz udieron estallar, y de hecho estallaron, dentro del marco de la venganza generalizada. 0 El reverendo Parris esta rezando y, aunque no oimos 10 que dice, da la impresidn de sentirse desconcertado. Balbucea y pa rece contener las lagrimas hasta que, finalmente, 1 lora; luego reza de nuevo; pero su hijita sigue inmdvil. La puerta se abre y entra su esclava negra. Tituba tiene algo mas de cuarenta afios. Parns la trajo consigo de las islas Bar bados, donde el reverendo, antes de ordenarse, vivid algunos afios dedicado al comercio.

Tituba, al entrar, se comporta como quien a no soporta mas verse privada de la presencia de un ser muy querido, pero esta al mismo tiempo asustada porque su intuicidn de esclava le advierte que, como siempre, los problemas de la casa acabaran cayendo sobre sus espaldas. TITUBA (retrocediendo ya PAGO DF 168 siempre, los problemas de la (retrocediendo ya): l. Mi Betty se pondni bien pronto? pARRlS: iFuera! (retrocediendo hasta la puerta): Mi Betty no se va a monr… (poniendose en pie, lleno de indignacidn): iNo quiero verte! (Tituba ya ha salido. ) iNo quiero… ! (Se le escapa un pARRlS sollozo.

Aprieta los dientes para dominarse; luego cierra la uerta y se apoya en ella, exhausto. ) iDlos m10, aylidarne! (Temblando de miedo, balbuceando entre sollozos, se acerca a la cama y, a! ectuosamente, coge la mano de Betty. ) Betty, hijita, pequena ma, I. por que no despiertas, por que no abres los ojos? Betty, carino mio_. (Se esta inclinando para arrodillarse de nuevo cuando entra su sobrina, Abigail Williams, de diecisiete afios: una muchacha extraordinariamente hermosa, hubjana, con una inagotable capacidad de disimulo. Ahora toda ella es preocupacidn, cau tela y decoro. ) l. Tio? (El reverendo la mir usanna