Mis palabras

junio 26, 2018 Desactivado Por admin

A veces ocurre que despertar en otro cuerpo se vuelve necesario. Entonces tomo una valija muy pequeña, para qué más, y salgo de noche, a ocuparlos. Hay una certeza en la tarde: las palabras arden de furia porque tu recuerdo no me deja solo conmigo. Me envuelve me cubre hasta velar los cinco sentidos. El espiral trae la magia del sueño. Tu voz me lleva al centro. Camino. Mientras la oigo, pienso: OF6 p al fin de nuevo en casa. Te conozco, mascarita. Esta vez no me vas a engrupir. Aparecés así, despacito, primero un ple luego la napia echás una ojeada omo para ver de qué va la cosa.

Si no me percato te instalás, K0MaHAa I ecwposawe OKHO Cnpa3Ka hacia el mar. Olivemo «Aunque tal vez sea un espejismo» una ilusión holográfica un constructo un artificio la barba florida del Cid o solo un intersticio en esta realidad porosa de sentidos la materialización del paraíso del que fui desterrada. Palabras No se trata de negar este miedo a la locura de las palabras, al futuro como imaginación, al aparecer desnudo frente a todo, sino de perder la aversión a la realidad total. 2. ¿Por qué persistir en encontrar palabras para lo inefable? ??Por qué empeñarse en renovar combates perdidos? ¿Por qué insistir con la escritura? 3. Las palabras. Seres malditos que germ. nan, crecen en mi mente y, a la hora de florecer, múltiples, con construirlas a través de las palabras. Soy una mujer que vuela. 9. Escribir. Una manera de engañar a la muerte. 10. Permanecer en la orilla de tus palabras: una manía más, como la ilusión de golpear tu ventana y que se abra. Destiempos Se avecinan buenos tiempos que pronostican: más errores, menos explicaciones. Resulta vana la huida No huir por si donde voy me llevo conmigo. obardía no por idealismo. Me duele el tiempo en todas sus formas 3 porque prueba una ausenc ¿Cómo hubiese sido mi vida si.. R Seguramente, nada. Pero la imaginación y el sueño poseen tanta fuerza, son tan enormes, tan arrasadores de la realidad, que me convencen de que, quizás, todo. -He vuelto a las andadas Me digo. -Estoy de nuevo aquí, en carrera Te digo. Y obtengo por respuesta Esa sonrisa. Utopías Utopía l: ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación. Utopía II: que a la gente no le resulte extraña la soledad.

No me crean sola, la libertad, la duda y el deseo me acompañan. Utopía III: ejercitar la memoria, perfeccionarla, y devolverle la vida a quienes ya no la tienen. Utopía IV: que el amor sea más que esas cuatro letras: libertad. utopía V: Reinventar la lucha día a día pues la historia no acaba aquí, en el camino propio, individual; continúa en las próximas generaciones. Utopía VI: volver a encontrar razones de esperanza en la desesperanza. Reconstruirla, que ese sea el camino. Utopía VII: Ella: -¿Qué importancia tiene la palabra amor? ¿Por qué elegirla? ?l: -Porque es, simplemente, lo que todos buscamos…

Utopía VIII: Sostener la uto embates de la realidad. teoría del destino soy eso que elijo ser eso que estoy siendo. Contra la teoría del destino sostengo el cambio la movilidad la lucha. Me recreo en cada lugar en todo momento. Vuelvo a mis sueños de libertad, de amor. A veces cuando el gris avanza y opaca los vidrios me distraigo imaginándote acá de este lado del mapa y la sangre, rauda, reconforta los pies las manos las mejillas. Al menos durante ese instante estás acá (presente, señorita) Los instantes reales son efímeros ero en ellos sos concretamente vos.

En cambio en el imaginario te construyo a medida sos la horma de mi zapato. 5 decide la posibilidad (o no) de volar? ¿Y cuándo? ¿Y dónde? ¿Quién juzga los beneficios de lo igual y lo distinto? ¿Quién conoce las necesidades de cada ser? ¿Quién distingue el bien del mal? ¿El mal es el otro, el diferente (sea negro, pobre, viejo, inmigrante… )? ¿Quién? No, no es la solución tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy ni apurar el arsénico de Madame Bovary ni aguardar en los páramos de Ávila la visita del ángel con venablo ntes de liarse el manto a la cabeza y comenzar a actuar.

Ni concluir las leyes geométricas, contando las vigas de la celda de castigo como lo hizo Sor Juana. No es la solución escribir, mientras llegan las visitas, en la sala de estar de la familia Austen ni encerrarse en el ático de alguna residencia de la Nueva Inglaterra y soñar, con la Biblia de los Dickinson, debajo de una almohada de soltera. Debe haber otro modo que no se llame Safo ni Mesalina ni María Egipciaca ni Magdalena ni Clemencia Isaura. Otro modo de ser humano y libre. Otro modo de ser. (Rosario Castellanos)